jueves, 29 de noviembre de 2018

Sombras (versión de Feelings) -Paloma San Basilio

Sombras (Feelings) 
Paloma San Basilio



English Version
Feelings
Morris Albert

Feelings, nothing more than feelings,
Trying to forget, my feelings of love.
Teardrops rolling down on my face,
Trying to forget, my feelings of love.
Feelings, for all my life I'll feel it.
I wish I've never met you, girl; you'll never come again.

Feelings, wo-o-o feelings,
Wo-o-o, feel you again in my arms.
Feelings, feelings like I've never lost you
And feelings like I've never have you again in my heart.
Feelings, for all my life I'll feel it.
I wish I've never met you, girl; you'll never come again.
Feelings,…


miércoles, 28 de noviembre de 2018

Carta de un león a otro - Julia Zenko

Carta de un león a otro
(Autor: Chico Novarro)
(Intérprete: Julia Zenko
)







Perdona si te digo, hermano mío,

que ganas de escribirte no he tenido.

No sé si es el encierro,

no sé si es la comida

o el tiempo que ya llevo de esta vida.


Lo cierto es que el zoológico deprime

y este mal no se redime sin cariño.

Si no es por esos niños

que acercan su alegría

sería más amargo todavía.


A ti te va mejor, espero,

viajando por el mundo entero

por más que el domador, según me cuentas,

te obliga a trabajar más de la cuenta.


Tú debes entender, hermano,

que el alma tiene de villano:

al no poder mandar a quien quisiera

descarga su poder sobre las fieras.


Muchos humanos

son importantes,

silla mediante,

látigo en mano.


Pero, volviendo a mí,

nada ha cambiado

aquí desde que fuimos separados.

Hay algo, sin embargo,

que noto entre la gente;

parece que me viera diferente.


Sus ojos han perdido algún destello,

como si fueran ellos los cautivos.

Y puedo asegurarte,

apuesta lo que quieras,

que afuera tienen miles de problemas


Caímos en la selva, hermano,

y mira en qué piadosas manos.

El aire está viciado de humo y muerte,

y quién anticipar puede su suerte


Volver a la naturaleza

sería la mejor riqueza:

allí podrán amarse libremente

y no hay ningún zoológico de gente.


Cuídate, hermano;

yo no sé cuándo,

pero ese día viene llegan
do.



Atento siempre estoy, una por una....Baldomero Fernández Moreno

Atento siempre estoy, una por una....

Atento siempre estoy, una por una, 

a tus palabras, a tus reflexiones,
a tus sonrisas, a tus sensaciones,
arroyo claro y plateada luna.

En el grave rodar de mi fortuna

sobre praderas verdes o terrones,
tejida de caricias y canciones, 
arroyo, luna y flor como ninguna.

Como ninguna, corazón ya viejo,

mientras sostengo, trémula la mano,
esta otra lunita de tu espejo.

Mientras te alisas el cabello en vano

y aprisionas la gracia en tu entrecejo.
Todo en la telaraña del verano.

Baldomero Fernández Moreno


Baldomero Fernández Moreno fue un poeta argentino y médico rural, académico de número de la Academia Argentina de Letras. Su poesía, universal y hondamente nacional al mismo tiempo, ha inmortalizado la estética de los barrios porteños y la cálida placidez de las provincias y sus características rurales.
Fecha de nacimiento: 15 de noviembre de 1886, San Telmo, Buenos Aires
Fallecimiento: 7 de junio de 1950, Buenos Aires
Género: Poesía
Libro: Elegía de Alondra (Poemas inéditos)


martes, 27 de noviembre de 2018

Ausencia - Gabriela Mistral

AUSENCIA

Se va de ti mi cuerpo gota a gota. 
Se va mi cara en un óleo sordo; 
se van mis manos en azogue suelto; 
se van mis pies en dos tiempos de polvo.

¡Se te va todo, se nos va todo!

Se va mi voz, que te hacía campana 
cerrada a cuanto no somos nosotros. 
Se van mis gestos que se devanaban, 
en lanzaderas, debajo tus ojos. 
Y se te va la mirada que entrega, 
cuando te mira, el enebro y el olmo.

Me voy de ti con tus mismos alientos: 
como humedad de tu cuerpo evaporo. 
Me voy de ti con vigilia y con sueño, 
y en tu recuerdo más fiel ya me borro. 
Y en tu memoria me vuelvo como esos 
que no nacieron ni en llanos ni en sotos.

Sangre sería y me fuese en las palmas 
de tu labor, y en tu boca de mosto. 
Tu entraña fuese, y sería quemada 
en marchas tuyas que nunca más oigo, 
¡y en tu pasión que retumba en la noche 
como demencia de mares solos!

¡Se nos va todo, se nos va todo!

Gabriela Mistral
Gabriela Mistral, seudónimo de Lucila Godoy Alcayaga​, fue una poeta, diplomática y pedagoga chilena.
Fecha de nacimiento: 7 de abril de 1889, Vicuña, Chile
Fallecimiento: 10 de enero de 1957, Hempstead, Nueva York, Estados Unidos



El ciervo en la fuente - Félix María de Samaniego

El ciervo en la fuente

Un ciervo se miraba
en una hermosa cristalina fuente; 
placentero admiraba
los enramados cuernos de su frente, 
pero al ver sus delgadas, largas piernas, 
al alto cielo daba quejas tiernas. 
«¡Oh dioses! ¿A qué intento,
a esta fábrica hermosa de cabeza 
construir su cimiento
sin guardar proporción en la belleza? 
¡Oh qué pesar! ¡Oh qué dolor profundo! 
¡No haber gloria cumplida en este mundo!» 
Hablando de esta suerte
El ciervo, vio venir a un lebrel fiero. 
por evitar su muerte,
parte al espeso bosque muy ligero; 
pero el cuerno retarda su salida, 
con una y otra rama entretejida.
Mas libre del apuro
a duras penas, dijo con espanto: 
«Si me veo seguro,
pese a mis cuernos, fue por correr tanto; 
Lleve el diablo lo hermoso de mis cuernos, 
hagan mis feos pies el cielo eterno:»

Así frecuentemente
el hombre se deslumbra con lo hermoso; 
elige lo aparente,
abrazando tal vez lo más dañoso.
Pero escarmiente ahora en tal cabeza. 
El útil bien es la mejor belleza.

Félix María de Samaniego
Félix María de Samaniego fue un escritor español famoso por sus fábulas, de tono aleccionador mediante moralejas, y los amores de la vida.
Fecha de nacimiento: 12 de octubre de 1745, Laguardia, España
Fallecimiento: 11 de agosto de 1801, Laguardia, España


Divagación - Rubén Darío

DIVAGACIÓN (Tigre Hotel, diciembre de 1894)

¿Vienes?  Me llega aquí, pues que suspiras,
un soplo de las mágicas fragancias
que hicieron los delirios de las liras
en las Grecias, las Romas y las Francias.

¡Suspira así!  Revuelen las abejas
al olor de la olímpica ambrosía
en los perfumes que en el aire dejas;
y el dios de piedra que despierte y ría.

Y el dios de piedra que despierte y cante
la gloria de los tirsos florecientes
en el gesto ritual de la bacante
de rojos labios y nevados dientes;

en el gesto ritual que en las hermosas
ninfalias guía a la divina hoguera,
hoguera que hace llamear las rosas
en las manchadas pieles de pantera.

Y pues amas reir, ríe y la brisa
lleve el son de los líricos cristales
de tu reir, y haga temblar la risa
la barba de los Términos joviales.

Mira hacia el lado del boscaje, mira
blanquear el muslo de marfil de Diana,
y después de la Virgen, la Hetaíra
diosa, su blanca, rosa y rubia hermana,

pasa en busca de Adonis; sus aromas
deleitan a las rosas y los nardos:
síguela una pareja de palomas,
y hay tras ella una fuga de leopardos.

¿Te gusta amar en griego? Yo las fiestas
galantes busco, en donde se recuerde,
al suave son de rítmicas orquestas
la tierra de la luz y el mirto verde.

(Los abates refieren aventuras
a las rubias marquesas.  Soñolientos
filósofos defienden las ternuras
del amor, con sutiles argumentos,

mientras que surge de la verde grama,
en la mano el acanto de Corinto,
una ninfa a quien puso un epigrama
Beuamarchais, sobre el mármol de su plinto.

Amo más que la Grecia de los griegos
la Grecia de la Francias, porque en Francia,
al eco de las Risas y los Juegos
su más dulce licor Venus escancia.

Demuestran más encantos y perfidias,
coronadas de flores y desnudas,
las diosas de Clodión que las de Fidias;
unas cantan francés, otras son mudas.

Verlaine es más que Sócrates; y Arsenio
Houssaye supera al viejo Anacreonte.
En París reinan el Amor y el Genio:
ha perdido su imperio el dios bifronte.

Monsieur Prudhomme y Homais no saben nada.
Hay Chipres, Pafos, Tempes y Amatuntes,
donde al amor de mi madrina, un hada,
tus frescos labios a los míos juntes).

Sones de bandolín.  El rojo vino
conduce un paje rojo.  ¿Amas los sones
del bandolín y un amor florentino?
Serás la reina en los decamerones.

(Un coro de poetas y pintores
cuenta historias picantes.  Con maligna
sonrisa alegre aprueban los señores
Clelia enrojece.  Una dueña se signa).

¿O un amor alemán -que no han sentido
jamás los alemanes-?  La celeste
Gretchen; claro de luna; el aria; el nido
del ruiseñor; y en una roca agreste,

la luz de nieve que del cielo llega
y baña a una hermosura que suspira
la queja vaga que a la noche entrega
Loreley en la lengua de la lira.
Y sobre el agua azul el caballero
Lohengrín; y su cisne, cual si fuese
un cincelado témpano viajero,
con su cuello enarcado en forma de S.

Y del divino Enrique Heine un canto,
a la orilla del Rhin; y del divino
Wolfang la larga cabellera, el manto;
y de la uva teutona, el blanco vino

O amor lleno de sol, amor de España
amor lleno de púrpuras y oros:
amor que da el clavel, la flor extraña
regada con la sangre de los toros;

flor de gitanas, flor que amor recela.
amor de sangre y luz, pasiones locas;
flor que trasciende a clavo y a canela,
roja cual las heridas y las bocas.

¿Los amores exóticos acaso?...
Como rosa de Oriente me fascinas:
me deleitan la seda, el oro, el raso.
Gautier adoraba a las princesas chinas.

¡Oh bello amor de mil genuflexiones:
torres de kaolín, pies imposibles,
tazas de té, tortugas y dragones,
y verdes arrozales apacibles!

Ámame en chino, en el sonoro chino
de Li-Tai-Pe.  Yo igualaré a los sabios
poetas que interpretan el destino;
madrigalizaré junto a tus labios.

Diré que eres más bella que la luna:
que el tesoro del cielo es menos rico
que el tesoro que vela la importuna
caricia de marfil de tu abanico.

Ámame, japonesa, japonesa
antigua, que no sepa de naciones
occidentales; tal una princesa
con las pupilas llenas de visiones,

que aun ignorase en la sagrada Kioto,
en su labrado camarín de plata
ornado al par de crisantemo y loto
la civilización de Yamagata.

O con amor hindú que alza sus llamas
en la visión suprema de los mitos,
y hace temblar en misteriosas bramas
la iniciación de los sagrados ritos,

en tanto mueren tigres y panteras
sus hierros, y en los fuertes elefantes
sueñan con ideales bayaderas
los rajahs, constelados de brillantes.

O negra, negra como la que canta
en su Jerusalén el rey hermoso,
negra que haga brotar bajo su planta
la rosa y la cicuta del reposo...

Amor, en fin, que todo diga y cante,
amor que encante y deje sorprendida
a la serpiente de ojos de diamante
que está enroscada al árbol de la vida.

Ámame así, fatal cosmopolita,
universal, inmensa, única, sola
y todas; misteriosa y erudita:
ámame mar y nube, espuma y ola.
Sé mi reina de Saba, mi tesoro;
descansa en mis palacios solitarios.


Duerme.  Yo encenderé los incensarios.
Y junto a mi unicornio cuerno de oro,
tendrán rosas y miel tus dromedarios.

Rubén Darío

Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío, fue un poeta, periodista y diplomático nicaragüense, máximo representante del modernismo literario en lengua española. Es, tal vez, el poeta que ha tenido mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico.
Fecha de nacimiento: 18 de enero de 1867, Ciudad Darío, Nicaragua
Fallecimiento: 6 de febrero de 1916, León, Nicaragua
Causa de la muerte: Enfermedad




El Mito de la Caverna - Platón

El Mito de la Caverna


-Después de eso -proseguí - compara nuestra naturaleza respecto de su
educación y de su falta de educación con una experiencia como ésta.
Represéntate hombres en una morada subterránea en forma de caverna, que
tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la luz. En ella están desde
niños con las piernas y el cuello encadenados, de modo que deben
permanecer allí y mirar sólo delante de ellos, porque las cadenas les impiden
girar en derredor las cabeza. Más arriba y más lejos se halla una luz de un fuego
que brilla detrás de ellos; y entre el fuego y los prisioneros hay un tabique
construido de lado a lado, como el biombo que los titiriteros levantan delante
del público para mostrar, por encima del biombo, los muñecos.
-Me lo imagino.
- Imagínate ahora que, del otro lado del tabique, pasan sombras que llevan
toda clase de utensilios y figurillas de hombres y otros animales, hechos en
piedra y madera y de diversas clases; y entre los que pasan unos hablan y
otros callan.
-Extraña comparación haces, y extraños son esos prisioneros.
-Pero son como nosotros. Pues en primer lugar, ¿crees que han visto de sí
mismos, o unos de los otros, otra cosa que las sombras proyectadas por el
fuego en la parte de la caverna que tienen frente a sí?
-Claro que no, si toda su vida están forzados a no mover las cabezas.
-¿Y no sucede lo mismo con los objetos que llevan los que pasan del otro del
tabique?
-Indudablemente.
-Pues entonces, si dialogaran entre sí, ¿no te parece que entenderían estar
nombrando a los objetos que pasan y que ellos ven?
-Necesariamente.
-Y si la prisión contara con un eco desde la pared que tienen frente a sí, y
alguno de los que pasan del otro lado del tabique hablara, ¿ no piensas que
creerían que lo que oyen proviene de la sombra que pasa delante de ellos?
- ¡Por Zeus que sí !
- ¿ Y que los prisioneros no tendrían por real otra cosa que las sombras de los
objetos artificiales transportados?
- es de toda necesidad.
- Examina ahora el caso de una liberación de sus cadenas y de una curación
de su ignorancia, qué pasaría si naturalmente les ocurriese esto: que uno de
ellos fuera liberado y forzado a levantarse de repente, volver el cuello y
marchar mirando a la luz y , al hacer todo esto, sufriera y a causa del
encandilamiento fuera incapaz de percibir aquellas cosas cuyas sombras había
visto antes. ¿ Qué piensas que respondería si se le dijese que lo que había
visto antes eran fruslerías y que ahora en cambio, está más próximo a lo real,
vuelto hacia cosas más reales y que mira correctamente? Y si se le mostrara
cada uno de los objetos que pasan del otro lado del tabique y se le obligara a
contestar preguntas sobre lo que son, ¿ no piensas que se sentiría en
dificultades y que considerará que las cosas que antes veía eran más
verdaderas que las que se le muestran ahora?
- Mucho más verdaderas.
- Y si se le forzara a mirar hacia la luz misma, ¿ no le dolerían los ojos y trataría
de eludirla, volviéndose hacia aquellas cosas que podía percibir, por considerar
que éstas son realmente más claras que las que se le muestran?
- Así es.
- Y si a la fuerza se lo arrastrara por por una escarpada y empinada cuesta, sin
soltarlo antes de llegar hasta la luz del sol, ¿ no sufriría acaso y se irritaría por
ser arrastrado y, tras llegar a la luz, tendría los ojos llenos de fulgores que le
impedirían ver uno solo de los objetos que ahora decimos que son los
verdaderos ?
- Por cierto, al menos inmediatamente.
- Necesitaría acostumbrarse, para poder llegar a mirar las cosas de arriba. En
primer lugar miraría con mayor facilidad las sombras, y después las figuras de
los hombres y de los otros objetos reflejados en el agua, luego los hombres y
los objetos mismos. A continuación contemplaría de noche lo que hay en el
cielo y el cielo mismo, mirando la luz de los astros y la luna más facilmente que,
durante el día, el sol y la luz del sol.
-Sin duda.
- Finalmente, pienso, podría percibir el sol, no ya en imágenes en el agua o en
otros lugares que le son extraños, sino contemplarlo cómo es en sí y por sí, en
su propio ámbito.
-Necesariamente.
-Después de lo cual concluiría, con respecto al sol, que es lo que produce las
estaciones y los años y que gobierna todo en el ámbito visible y que de algún
modo es causa de las cosas que ellos habían visto.
- Es evidente que, después de todo esto, arribaría a tales conclusiones.
- Y si se acordara de su primera morada, del tipo de sabiduría existente allí y
de sus entonces compañeros de cautiverio, ¿no piensas que se sentiría feliz
del cambio y que los compadecería?
- Por cierto.
-Respecto de los honores y elogios que se tributaban unos a otros, y de las
recompensas para aquel que con mayor agudeza divisara las sombras de los
objetos que pasaban detrás del tabique, y para el que mejor se acordase de
cuáles habían desfilado habitualmente antes y cuáles después, y para aquel de
ellos que fuese capaz de adivinar lo que iba a pasar, ¿te parece que estaría
deseoso de todo eso y que envidiaría a los más estaría deseoso de todo eso y
que envidiaría a los más honrados y poderosos entre aquéllos? ¿ O más bien
no le pasaría como al Aquiles de Homero, y "preferiría ser un labrador que
fuera siervo de un hombre pobre" o soportar cualquier otra cosa, antes que
volver a su anterior modo de opinar y a aquella vida ?
- Así creo también yo, que padecería cualquier cosa antes que soportar aquella
vida.
- Piensa ahora esto: si descendiera nuevamente y ocupara su propio asiento, ¿
no tendría ofuscados los ojos por las tinieblas, al llegar repentinamente del sol?
- Sin duda.
- Y si tuviera que discriminar de nuevo aquellas sombras, en ardua
competencia con aquellos que han conservado en todo momento las cadenas,
y viera confusamente hasta que sus ojos se reacomodaran a ese estado y se
acostumbraran en un tiempo nada breve, ¿ no se expondría al ridículo y a que
se dijera de él que, por haber subido hasto lo alto, se había estropeado los
ojos, y que ni siquiera valdría la pena intenar marchar hacia arriba? Y si
intentase desatarlos y conducirlos hacia la luz, ¿ no lo matarían, si pudieran
tenerlo en sus manos y matarlo?
- Seguramente.
- Pues bien, querido Glaucón, debemos aplicar íntegra esta elegoría a lo que
anteriormente ha sido dicho, comparando la región que se manifiesta por medio
de la vista con la morada-prisión, y la luz del fuego que ha en ella con el poder
del sol; compara, por otro lado, el ascenso y contemplación de las cosas de
arriba con el camino del alma hacia el ámbito inteligible, y no te equivocarás en
cuanto a lo que estoy esperando, y que es lo que deseas oír. Dios sabe si esto
es realmente cierto; en todo caso, lo que a mi me parece es que lo que dentro
de lo cognoscible se ve al final, y con dificultad, es la Idea del Bien. Una vez
percibida, ha de concluirse que es la causa de todas las cosas rectas y bellas,
que en el ámbito visible ha engendrado la luz y al señor de ésta, y que en el
ámbito inteligible es señora y productora de la verdad y de la inteligencia, y que
es necesario tenerla en vista para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado
como en lo público.
- Comparto tu pensamiento, en la medida que me es posible.
- Mira también si lo compartes en esto: no hay que asombrarse de que quienes
han llegado allí no estén dispuestos a ocuparse de los asuntos humanos, sino
que sus almas aspiran a pasar el tiempo arriba; lo cual es natural, si la alegoría
descrita es correcta también en esto.
- Muy natural.
- Tampoco sería estraño que , de contemplar las cosas divinas, pasara a las
humanas, se comportase desmañadamente y quedara en ridículo por ver de
modo confuso y, no acostumbrado aún en forma suficiente a las tinieblas
circundantes, se viera forzado, en los tribunales o en cualquier otra parte, a
disputar sobre sombras de justicia o sobre las figurillas de las cuales hay
sombras, y a reñir sobre esto del modo en que esto es discutido por quienes
jamás han visto la justicia en sí.
-De ninguna manera sería extraño.
- Pero si alguien tiene sentido común , recuerda que los ojos pueden ver
confusamente por dos tipos de perturbaciones: uno al trasladarse de la luz a la
tiniebla, y otro de la tiniebla a la luz; y al considerar que esto es lo que le
sucede al alma, en lugar de reírse irracionalmente cuando la ve perturbada e
incapacitada de mirar algo, habrá de examinar cuál de los dos casos es: si es
que al salir de una vida luminosa ve confusamente por falta de hábito, o si,
viniendo de una mayor ignorancia hacia lo más luminoso, es obnubilada por el
respalndor.Así, en un caso se felicitará de lo que le sucede y de la vida a que
accede; mientras en el otro se apiadará, y si se quiere reír de ella, su risa será
menos absurda que si se descarga sobre el alma que desciende de la luz.

Platón

Platón​​​ fue un filósofo griego seguidor de Sócrates​ y maestro de Aristóteles.​ En 387 fundó la Academia, ​ institución que continuaría su marcha a lo largo de más de novecientos años​ y a la que Aristóteles acudiría desde Estagira a estudiar filosofía alrededor del 367, compartiendo, de este modo, unos veinte años .
Fecha de nacimiento: 7 de mayo de 427 a. C., Antigua Atenas






lunes, 26 de noviembre de 2018

¿Quién extenderá tu cama?. Dúo Candela

¿Quién extenderá tu cama?

¿Quién extenderá tu cama?
¿quién besará tus mañanas?
¿quién tendrá hoy tu mirada?
¿quién acompaña tu marcha?

Busco tu silencio en casa
el rincón que te gustaba,
dónde quedo tu perfume
mezclado en horas de charlas.

Descubro detalles tontos
que antes casi ni notaba
tu mano sobre mi hombro
la espera de tu llegada.

¿quién extenderá tu cama?
¿quién besará tus mañanas ?
¿quién tendrá hoy tu mirada ?
¿quién acompaña...tu marcha ?

Acostumbrarme a la idea
que ya no somos pareja
y disponer de mi tiempo
sabiendo que no me esperas.

Ver tus cajones vacíos
un solo plato en la mesa
y solamente una almohada
en la cama que fue nuestra.

¿quién extenderá tu cama ?
¿quién besará tus mañanas ?
¿quién tendrá hoy tu mirada ?
¿quién acompaña...tu marcha ?
¿quién te acompaña?
¿quién te acompaña?

 Dúo Candela




Analía García Escariz fue una de las integrantes del recordado dúo "Candela" formado a fines de los años 70 y principios de los 80, junto a su hermana Inés García Escariz, que comenzaron a cantar en la compañía Disc Jockey de la mano de Charlie Leroy. Hijas de la gran cantante "Vitrolita", que en su época cantaba "Yo quiero para estas navidades, un hipopótamo muy especial... ". Ellas eran las autoras de la mayoría de sus canciones





Rima III -Gustavo Adolfo Bécquer

RIMA III

Sacudimiento extraño 
que agita las ideas, 
como huracán que empuja 
las olas en tropel. 

Murmullo que en el alma 
se eleva y va creciendo 
como volcán que sordo 
anuncia que va a arder. 

Deformes siluetas 
de seres imposibles; 
paisajes que aparecen 
como al través de un tul. 

Colores que fundiéndose 
remedan en el aire 
los átomos del iris 
que nadan en la luz. 

Ideas sin palabras, 
palabras sin sentido; 
cadencias que no tienen 
ni ritmo ni compás. 

Memorias y deseos 
de cosas que no existen; 
accesos de alegría, 
impulsos de llorar. 

Actividad nerviosa 
que no halla en qué emplearse; 
sin riendas que le guíen, 
caballo volador. 

Locura que el espíritu 
exalta y desfallece, 
embriaguez divina 
del genio creador... 
Tal es la inspiración. 

Gigante voz que el caos 
ordena en el cerebro 
y entre las sombras hace 
la luz aparecer. 

Brillante rienda de oro 
que poderosa enfrena 
de la exaltada mente 
el volador corcel. 

Hilo de luz que en haces 
los pensamientos ata; 
sol que las nubes rompe 
y toca en el zenít. 

Inteligente mano 
que en un collar de perlas 
consigue las indóciles 
palabras reunir. 

Armonioso ritmo 
que con cadencia y número 
las fugitivas notas 
encierra en el compás. 

Cincel que el bloque muerde 
la estatua modelando, 
y la belleza plástica 
añade a la ideal. 

Atmósfera en que giran 
con orden las ideas, 
cual átomos que agrupa 
recóndita atracción. 

Raudal en cuyas ondas 
su sed la fiebre apaga, 
oasis que al espíritu 
devuelve su vigor... 
Tal es nuestra razón.

Con ambas siempre en lucha 
y de ambas vencedor, 
tan sólo al genio es dado 
a un yugo atar las dos.

Gustavo Adolfo Bécquer


Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida, ​ más conocido como Gustavo Adolfo Bécquer, fue un poeta y narrador español, perteneciente al movimiento del Romanticismo. Por ser un romántico tardío, ha sido asociado igualmente con el movimiento posromántico.
Fecha de nacimiento: 17 de febrero de 1836, Sevilla, España
Fallecimiento: 22 de diciembre de 1870, Madrid, España
Causa de la muerte: Tuberculosis


Poema XIX -Julia Prilutzky Farny (Antología del Amor)

XIX Y esperaré otra vez.... Pero sin cruentos dolores, ni pasión, ni desatinos: un entregarse a todos los destinos sin ligadur...